Con el buche todavía lleno y alguna uva atragantada, vuelve el torneo que, casi atropellado, aglomera sus partidos en enero y febrero, el más intenso, pero el que menos interesa. Mientras, en la meseta se escuchan ladridos de salidas y llegadas invernales, alguna lesión navideña como la de "el Fideo" y Mourinho se deja querer en Inglaterra, la plantilla prepara su enfrentamiento contra el equipo de Abdullah ben Nasser Al Thani. La visita del equipo malacitano trae consigo la vuelta de aquel que en su día levantara de sus asientos hasta en 64 ocasiones a algún que otro merengue con aquellos goles de ratón de área, mientras que un técnico charrúa, que allá por la temporada 2009/2010 habitó ese en ocasiones inhóspito y desagradecido banquillo en la Castellana, dejando un sabor bastante amargo, aunque con una salida no demasiado unánime entre la parroquia blanca. Y es que el ingeniero Manuel Pellegrini superó muchos récords durante su estancia en Madrid como técnico, pero caprichosamente también fue responsable de una de las derrotas más humillantes para el centenario club en la competición del K.O.
Sin embargo en tierras catalanas, y más concretamente en el Aeroport de Barcelona-El Prat aterriza "el Messias" de Rosario Central, algo desgastado por el viaje, y que según los preparadores del club barcelonés tendrá dificultades para disputar algún minuto del partido de ida de Copa ante los Mendilibar, el cual, dicho sea de paso, entiende que será imposible eliminar a los culés. Bromas aparte, en esto, como todos sabemos, y más con Messi, es el jugador el que decide. No sería ninguna barbarie decir que muchas veces Leo es el que decide, desde su timidez interpretada por Guardiola, muchas de las cosas que ocurren en el vestuario blaugrana, y a pesar de que muchos tratan de aprovecharlo para apedrear el tejado de Pep, con alaridos de "falta de autoridad" y semejantes, algunos creemos que se debería de intentar comprender que cuando tienes a un extraterrestre como el bueno de "La Pulga" defendiendo tus colores, debes intentar tenerle contento, y rodearle de lo mejor, algo que quizás, en tierras argentinas no hayan comprendido aún.
Los dos clubes que componen la bicefalia de esta Liga que en ocasiones, con mucho sentido del humor, nos venden como la mejor del mundo, ya vuelven al trabajo, después de unas navidades tranquilas. Unos con el reto de hacer olvidar todo lo ocurrido en 2011, que parten líderes, y que con el siguiente clásico aún fuera del horizonte se presentan favoritos, al otro lado los que quieren prolongar un ciclo que se antoja irrepetible... Este nuevo año empieza igual que terminó el anterior, solo queda esperar que el 2012 nos depare más sorpresas, y ante todo un buen espectáculo.
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