Otra vez Aicardo, otra vez Miguelín, otra vez Luis Amado. Ya estamos en la final. España ha conseguido meterse en el partido definitivo por el título gracias a una jugada de estrategia, de pillería, en la primera parte. José Venancio López decidió no contar con Álvaro para la cita, siendo junto a Cristian el jugador desconvocado. El partido tuvo un gran inicio para España, que buscó dominar desde el principio. Alemao llevaba la batuta y volvía a sonreír en el campo creando fútbol espectáculo de ese que tanto le gusta. Pero las ocasiones no llegaban. Ambos equipos se plantaban muy bien en el campo. Las ocasiones llegaban. Rafa Usín lo intentó dos veces seguidas, pero Mammarella pudo con ambas. Partidazo el del meta italiano, que estuvo soberbio toda la noche. Luis Amado no quería ser menos, y podía con todas las acciones de peligro lideradas por Saad y Patías. España se creció, y apareció la pillería de Miguelín, que dejó pasar el balón en un saque de banda para que Aicardo la enchufara como sólo él sabe hacer. Y sólo de pensar que llegaron al Europeo de rebote… ¡Qué dos! Fue el turno de Saad. El jugador del Barça se echó a su selección a las espaldas. Un ganador nato. Empezó a inventar, magia por todos los lados. Llegaba el peligro y José Venancio se vio obligado a parar el partido con un tiempo muerto. El Ítalo-brasileño había sembrado el pánico, tocaba defender mejor. Una sólida defensa en zona, con muchas ayudas personificadas en el propio Saad, condujo el partido hasta el descanso sin más movimientos importantes.
En la segunda parte todo iba a ser bien distinto. Apareció Sergio Lozano, con su despliegue físico habitual. España iba a dar todo un recital de juego defensivo y salida a la contra. Y así llegaron las mejores acciones del partido, que casi lo sentenciaron. Primero Alemao, y después Torras y Usín se estrellaron con la madera. Destacable la gran jugada que finalizó Usín. Las otras dos, simples transiciones individuales con disparos fortísimos que Mammarella ni siquiera acertó a ver. La réplica italiana se hacía esperar. Sólo causaba peligro en el balón parado, donde España flojeó defensivamente. Pero ahí estaba Luis Amado. La sentencia pudo llegar por parte de Sergio Lozano, que, tras la mejor jugada del partido, no pudo rematar a portería. Si bien es cierto, venía muy forzado y siendo empujado por Patías. Italia tuvo la última gran ocasión en una pérdida de Alemano de último hombre, pero el disparo de Saad, que estaba muy escorado, fue hacia Amado. Al final, con 2 minutos por jugarse, los italianos decidieron jugar de 5, con portero-jugador, pero el resultado fue el mismo e incluso pudo acabar peor para ellos si Borja hubiese acertado a marcar desde campo propio con la portería vacía. Los colegiados decretaron el final y España se mete así en una nueva final europea que le medirá el sábado frente a Rusia.