De un tiempo a esta parte el fútbol se ha dividido en dos grupos de equipos. Por un lado están los que ganan títulos y son grandes, y por otro están los equipos medianos que consiguen vender a sus pocas estrellas a un precio razonablemente alto. Pero en medio de todos estos, desde hace unos años, ha aparecido un nuevo estilo de equipo. El FC Porto.
En los últimos años se ha hecho con el poder absoluto de la liga de Portugal y además ha sumado una Uefa Champions League y dos Copas de la Uefa –la actual Europa League-. Para ello es necesario un buen entrenador y unos buenos jugadores, pero los realmente culpables de esto son los directores deportivos y ojeadores del equipo de los dragones, con el señor Antero Henrique a la cabeza, que pasó oficialmente a la dirección de la secretaría en 2005, pero que ya trabajaba en el apartado de los ojeadores desde antes.
El Porto se ha convertido en un equipo inteligente, capaz de sacar un gran rendimiento a todos sus fichajes, pero también capaz de venderlos en el momento adecuado, cuando están en su máximo nivel y cuando más pueden recibir por ellos. Evidentemente, dejan ir a sus estrellas porque detrás tienen a otros jugadores capaces de rendir a un alto nivel.
Si nos vamos años atrás, a la temporada 2003-2004, observamos un 11 tipo formado por jugadores muy distintos. Algunos más conocidos que otros. En la portería, Vitor Baía. Lo ficharon gratis de un equipo de segundo nivel. Lo vendíeron al Barça por 8 millones de Euros y lo recuperaron dos años después gratis. En la defensa, por la derecha estaba Paulo Ferreria, al que ficharon por 2 millones y vendieron al Chelsea por 19 millones 2 años después. En la izquierda, Nuno Valente, a quien ficharon gratis y vendieron poco después al Everton por 3 millones de euros. En el centro de la zaga formaban Ricardo Carvalho y Jorge Costa. Con el primero tuvieron un beneficio de 30 millones de euros, al comprarlo gratis y venderlo por ese precio; el segundo, fue jugador casi toda su carrera en el Porto, y decidió marcharse con la carta de libertad sin reportar ni beneficios ni pérdidas.
Maniche, Deco, Pedro Mendes y Costinha eran el enlace con la delantera. A Maniche lo ficharon gratis del Benfica y lo vendieron por 16 millones de euros al Dínamo de Moscú. Deco fue firmado por 8 millones de euros y vendido por 18,5 millones al Barça 5 años después. Costinha también buscó los petrodólares y si bien llegó gratis al club portugués, se fue por 4 millones y medio. Mendes, que sólo estuvo ese año, llegó con la carta de libertad y se fue un año después por 4,5 millones de euros. Arriba, Derlei, un jugador firmado por medio millón de euros y vendido por 7, también al Dínamo de Moscú, que dio un rendimiento excelente. Le acompañaba Carlos Alberto, que costó 3 millones de euros y fue vendido un año después por 9 millones y medio. En total, un beneficio de unos 110 millones de euros por 11 jugadores que ganaron una champions y, casi todos, una Uefa.
El asunto es que no sólo acaba ahí. Muchos son los jugadores que han realizado el mismo servicio al equipo portugués. En los últimos años, Quaresma, por ejemplo, que ficharon por 6 millones del FC Barcelona y vendieron 4 años después por algo menos de 23 millones de euros al Inter de Milán, donde nunca dio el rendimiento esperado. Otro ejemplo es Pepe, el hoy jugador del Real Madrid le costó al equipo blanco 30 millones de euros, mientras que el FC Porto lo compró años antes por algo menos de 3 millones de euros. Lisandro López y Aly Cissokho, hoy jugadores del Lyon, ficharon en su día por el club portugués por 7 millones de euros y 500.000 euros respectivamente, y fueron vendidos por 23 y 15 millones cada uno al equipo francés. Los dos últimos casos son los de Bruno Alves, un jugador salido de la cantera sin coste alguno y vendido por 21 millones; y el de Raúl Meireles, que llegó con la carta de libertad y reportó 13 millones de euros con su venta.
El éxito está en tener otros jugadores a la espera formándose que han sido fichados por poco. Hulk, Falcao, James Rodríguez, Rolando, Varela y Guarín son los próximos jugadores que harán este beneficio al equipo portugués. Rolando costó un millón de euros y ya está siendo objetivo de muchos equipos, además de haber sido internacional por Portugal; Otamendi sólo costó 4 millones y medio, pese a que los más grandes se peleaban por él, el Porto volvió a adelantarse; Guarín llegó de Francia por sólo 1 millón de euros, mientras que Varela llegó gratis y James Rodríguez y Falcao costaron 12 millones entre los dos, 7 y 5 respectivamente. Hulk, por último, ha sido el jugador más caro. Si bien en un principio sólo costó 5 millones de euros, se trataba de un precio relativo. Hace una semana, el Porto pagó 13 millones al club de origen del brasileño, el Rentistas de Uruguay, para obtener el 90 por ciento de los derechos del jugador. 18 millones en total que se antoja muy fácil que se multipliquen en caso de una hipotética venta. ¿El tapado que vendrá en años próximos y venderlo por un precio estratosférico dentro de no mucho? Apunten este nombre: Iturbe, al que seguramente analizaremos desde VayaChut próximamente.
Así pues, vemos que es importantísimo el tener un gran director deportivo y un presidente que haga posible todo esto.