martes, 21 de junio de 2011

Descubriendo a...Juan Manuel Martínez


Le llaman el Burrito desde pequeño, porque se parece mucho al mítico Ortega. Tiene 25 años y le ha costado un mundo hacerse un hueco en el mundo del fútbol, pero ahora está que no para. Sin duda este ha sido su mejor año y sus números le avalan. Debutó en Vélez Sarsfield a la temprana edad de 17 años, pero sus primeros años fueron muy malos para él. Jugaba apenas unos minutos, los de la basura, y eso cuando tenía la suerte de hacerlo. El técnico de aquel entonces, Russo, no contaba con él. Era la joya de la cantera pero se había quedado por el camino. Tras un par de cesiones por distintos equipos del continente volvió para hacerse un hueco, pero seguía sin poder asombrar a nadie. Ya tenía los 22 años y nunca había encontrado continuidad en un club. Decidió probar algo exótico, se marchó a jugar a Arabia Saudí, pero siempre como cedido y sin opción de compra, pues Vélez esperaba que rindiese y volviera a casa, como sucedió con Maxi Moralez. Y ese paso por los Emiratos le cambió la vida.

Allí, jugando con rivales menores se sentía importante, el líder de su equipo. Consiguió anotar bastantes goles, recuperar ese estilo suyo de trotón y deleitar al público. Volvió a Vélez hace 3 años para hacerse un hueco, al fin, en el equipo de su vida. En 2009 fue el jugador fundamental en la conquista del Torneo Clausura. Ya tenía uno en sus vitrinas, pero fue en 2005, cuando casi no disfrutó de ocasiones. Cada año ha ido a más hasta el día de hoy y su promedio goleador ha ido progresando con el paso de los años. No es un goleador nato, todo hay que decirlo, pero este año ha conseguido 13 goles en liga. Le gusta jugar por detrás del punta, con libertad de movimientos. Cae muy bien a ambas bandas y quizás su punto flaco es el llegar a línea de fondo y centrar. Él es más de llegar a línea de fondo y encarar. Su físico es extraño, no tiene aspecto e futbolista y sus maneras no son muy ortodoxas, pero como buen argentino lo deja todo en el campo. Tiene una arrancada brutal, un dominio del balón exquisito y un manejo de la pelota propio de los potreros, y como buen canchero, es bajito. No llega al 1.73, pero su corpulencia le hace parecer más grande y alto. Intimida mucho a los rivales.

Sin duda ha encontrado en 2011 su mejor año. Ha sido de los máximos goleadores del torneo Argentino, ha conseguido su tercer Clausura y ha visto como Sergio Batista lo convocaba para un amistoso contra Portugal al inicio del año. Y lo que es mejor, fue él quien provocó el penalti que transformó Messi para darle la victoria a la albiceleste. Su nombre sonó para el Málaga en enero, pero la negativa de Vélez, que se jugaba la Libertadores –donde cayeron en semifinales con una actuación súblime de “el Burrito”- y el Clausura hizo que los andaluces se decantasen por Diego Bouanotte. Hoy vuelve a sonar para el Málaga y Espanyol, y con el torneo argentino terminado, su marcha, con 25 años y una madurez total es más que posible. Europa le espera. Batista le pidió irse a un grande para poder ir con más asiduidad a la selección. Un jugador que sin duda dará que hablar. Es imposible compararle con los más grandes, porque no procede, pero sería falso obviar el hecho de que varios de sus goles de jugada, se parecen a aquel que marcó Maradona ante Inglaterra regateándose a todo rival que le salía.

Un último apunte, es decir que este año ha ganado el Premio Olimpia al mejor deportista del año argentino, poniendo su nombre junto a ídolos del deporte como Nalbandián, Juan Manuel Fangio, Manu Ginóbili, Guillermo Vilas, Tévez o el propio Maradona

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