Desde el inicio el club de Braga trató de impedir a los de Villas-Boas que desplegaran su juego, con Vandinho (el mejor de su equipo anoche), Custódio y Viana intentando ahogar a Fernando, Guarín y Moutinho y despejando todas las acometidas del Oporto aunque sin ninguna idea en ataque. En el 44 un balón perdido por Rodríguez en la salida al contraataque le cae a Guarín que avanza por la banda y, cerca del borde del área, cuelga una pelota que remata Falcao a la escuadra derecha de la portería defendida por Artur convirtiéndose en el 1 a 0. La conexión colombiana volvió a funcionar como tantas veces esta temporada.
En la segunda parte Domingos Paciencia se decidió, al menos en la teoría, a ir a por el partido. Dio entrada, como castigo, a Kaká por Rodríguez y, como revulsivo, al mediapunta Mossoró por Hugo Viana (no estuvo muy afortunado el ex del Valencia). No surtió efecto. Los dragones seguían atacando por medio de Hulk (gran acierto si el Atlético consigue llevar a cabo su contratación) y el club de Braga no conseguía desencorsetarse y hacerse con la pelota. En el minuto 66, Paciencia hizo su último cambio, introdujo, por fin, a un delantero, Meyong Zé, por el centrocampista Lima, que estaba actuando en punta. Nada cambió, el Oporto consiguió mantener el resultado sin pasar aputos atrás y los jugadores ofensivos del Braga siguieron pasando inadvertidos.
Al final, Oporto campeón de la Europa League y la Liga Sagres, con el joven entrenador Villas-Boas al mando y con la posibilidad de conseguir un triplete si al final ganan la final de la copa de Portugal al Vitoria de Guimaraes.
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